Trabajar como en casa solo requiere dos elementos: eucalipto y blanco
La chapa de madera natural de eucalipto ayuda a disminuir el estrés en un entorno de trabajo singular: la sede de una empresa pesquera
A Elena Gimeno y a Enrique Pereira, arquitectos de Estudio V&BA, les gusta mimar los detalles. Por eso, cuando la empresa pesquera Áncora les encargó reformar su sede de oficinas, estudiaron cada una de las combinaciones posibles para lograr un único objetivo: convertir el puesto de trabajo en un lugar acogedor. Hablaron con el gerente de la empresa y con los trabajadores, e invirtieron tiempo y esfuerzo en seleccionar los materiales que permitieran a quienes pasan allí su jornada laboral trabajar como desde casa.
A este reto se sumaban otros: al tratarse de un negocio en pleno crecimiento internacional y de un sector primario, el espacio tenía que adaptarse a todo tipo de visitas: desde “el máximo jefe de Holanda” hasta el pescador que viene directamente del mar. Ninguno debía sentirse incómodo o abrumado por una decoración demasiado pretenciosa. “A veces ves algunas oficinas que tienen mucho brillo, pero no se buscaba eso, sino un entorno neutro”, explica Gimeno.
La planta, además, era irregular y, para añadir otro elemento más, con un solo vistazo convirtieron el suelo de mármol que ya poseía en un elemento imprescindible en torno al cual vertebrar el diseño del resto del proyecto. “Nos preguntamos: ¿para qué le voy a quitar un suelo que hoy en día cuesta un dineral, que es resistente y que está perfecto?”, confiesa la arquitecta, barcelonesa de nacimiento y afincada en Vigo. Para resolver la ecuación con el mejor resultado posible contó con la colaboración de María Pintos, colega de profesión con la que ya ha realizado otros trabajos previamente.
Con incógnitas por despejar y los elementos conocidos, las dos arquitectas y el diseñador gráfico se pusieron manos a la obra hasta dar con una solución equilibrada. El ambiente neutro y la luminosidad que aporta el color blanco se complementa en este local de trabajo con la calidez de una madera sin muchas vetas y mucha textura.
"Este proyecto en particular era de oficinas, y el espacio que tenían en ese momento estaba muy dividido, y se trataba de aprovechar la suerte que tenían de dar a dos fachadas: una en la calle Príncipe y la otra a la parte posterior, donde está la sede del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia y que cuenta una galería impresionante. Queríamos darle muchísima más luz, porque al final es un espacio de trabajo y estamos muy mal acostumbrados a estar todo el día con la luz artificial conectada. Así que se buscó un espacio muy neutro, trabajando muchísimo el blanco y reduciendo los toques de color a la madera, sobre todo en las zonas más nobles, como era para mí el despacho del gerente y la sala de juntas", añade la co-creadora del proyecto.
"Nos gustó dar ese punto con la madera, y buscar ese espacio casi doméstico, y no trabajar tanto en la oficina con vidrio y otros materiales más fríos. Para nosotros era casi como la palabra clave. Así, por ejemplo, esas luces directas, casi de lectura, para estar cómodo. Un poco esa la intención", añade. La elección del eucalipto fue tan natural como la de los chapados de Finsa ("tiene muy buena reputación y una gran variedad de productos, y nos gusta mucho, la seguimos bastante porque trabaja muy bien y estamos muy contentos, la verdad. Yo, si puedo, voy a seguir trabajando con ellos", reconoce Gimeno), y el resultado se ajusta con milimétrica precisión a lo diseñado.
Todo, por supuesto, con una clara intencionalidad revelada en los detalles: "Había un juego: en la zona de trabajo, que está abierta, queríamos buscar que fuese toda más blanca, y en cambio, en el despacho y la sala de juntas hacíamos al contrario: en vez de ser el nicho de madera y las puertas blancas, se hacía al revés, el nicho blanco y las puertas de madera. Para darle esa distinción de que son salas en las que se van a reunir con la gente más importante, cambiábamos y hacíamos la madera el material más noble", explica.
La funcionalidad logra en este espacio un protagonismo compartido con la calidez y el orden, ya que la práctica totalidad de la sala de juntas cuenta con una puerta corredera de madera de eucalipto que esconde un espacio de almacenaje de gran capacidad que sirve a dos objetivos, uno presente y otro, futuro. "Se hizo un mueble continuo para aprovechar todo el almacenaje y para optimizar, por ejemplo, estanterías llenas de archivos. Se intentó que encima de las mesas tuvieran el papel justo y necesario", señala la joven fundadora de B&VA. A largo plazo esta elección presenta otra ventaja de igual o mayor pragmatismo: la ampliación del espacio de trabajo retirando los paneles de gran tamaño que cubren parte del local.